Las orejas son una de las características más importantes en la definición del rostro humano, y aunque usualmente no están incluidas en el concepto de belleza, la pérdida de su anatomía, como consecuencia de trauma, cáncer o enfermedad congénita, puede alterar la apariencia general del rostro. La reconstrucción auricular busca restituir el marco del cartílago de la oreja y si se requiere, la piel que lo recubre dependiendo del caso.
Si se trata de reconstruir toda la oreja lo usual es que se tome un injerto de cartílago de la costilla lo que representará para el paciente, una cicatriz en el tórax. Esta costilla se talla en cirugía para hacerla semejante a una oreja normal. Paralelamente se ha disecado un bolsillo de piel en la región de la oreja. Si la pérdida de oreja es parcial se pueden realizar colgajos de piel de la parte posterior de la oreja o hacer injertos de la zona faltante.
